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Características principales

Título del libro
Mineral
Autor
Daniel Cáseres
Idioma
Español
Editorial del libro
Viajera Editorial
Tapa del libro
Blanda
Con índice
Año de publicación
2016

Otras características

  • Cantidad de páginas: 93

  • Altura: 20 cm

  • Ancho: 14 cm

  • Peso: 120 g

  • Material de la tapa del libro: Carton

  • Género del libro: Piedras preciosas,Poesía

  • Tipo de narración: Poesía

  • Tamaño del libro: Mediano

  • Colección del libro: Descubrir - Nro: 29 - Subserie:

  • Edad mínima recomendada: 10 años

  • Edad máxima recomendada: 100 años

  • ISBN: 9789873719202

  • Código IBIC: DCF

  • IBIC: LITERATURA Y ESTUDIOS LITERARIOS/POESÍA/Poesía de poetas individuales

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Descripción

Mineral describe el camino del héroe enamorado, del poeta mítico. El héroe de los cuentos antiguos, previo al enamorado del romanticismo alemán. El héroe príncipe azul que luchaba con bestias mitológicas y dragones, atravesaba laberintos y se hundía en el infierno para encontrar y salvar a la amada. ¿Salvarla de qué? De la soledad, claro. Y en ese encuentro se descubre también la propia salvación.
“Pero hubo otras piedras, en las que quiso tallar su propia alma, para latir por siempre dentro de ellas”. Piedras son las palabras que se esculpen, con la sutileza del artesano y la fuerza del tallador.
Las palabras se encuentran en los acantilados, en el fondo del mar, en un territorio despoblado, en el cuerpo de la persona amada, “en el registro de lo que vive”. Ese lugar al que siempre deberíamos ir aquellos que buscamos poesía. (Virginia Janza)

Este libro de Daniel Cáseres está tan pulido como las piedras preciosas que presenta. Por eso, aunque se trata de poemas, hay un hilo que seguimos, que nos va mostrando las distintas tonalidades con las que se puede sentir. El ojo es una gema, el cuerpo y las palabras son también piedras preciosas. En una tradición que resignifica la poesía modernista, Daniel me lleva a evocar a Rubén Darío: el trabajo preciso con los ritmos, las sinestesias que texturan la luz, esos reflejos que atraviesan casi líquidamente las piedras y revelan una entidad interior que solo puede transmitirse con la palabra. El corazón es revelado, las piedras laten, lo que parece inerte vibra de vida. Darío buscaba que la lengua española fuera más dulce, más sutil, más sugerente. Creyó necesario traer la francesa, mezclarla con la española, que copularan y dieran nuevos términos. También miró a lo exótico: China y Japón, los países fríos del Norte, todo lo que tuviera hielo iridiscente. La estrategia de Daniel es distinta, y si bien lo precioso lo ubica en esta línea, las palabras elegidas son simples, cotidianas, y adquieren su resplandor por la forma en las que Daniel las presenta, por cómo sabe darles la luz para que destellen en ese punto donde todavía no agotan lo que quieren decir. Hay un desarrollo del tópico amoroso, hay un amante y un amado, hay femenino y masculino, pero lo que se desprende fundamentalmente sobre el amor es que resulta imposible de decir. Podemos hacer el amor, y no refiero a lo sexual, podemos hacer el amor con todo lo que somos, enlazarnos a otro de manera total, crecer en ese enlace, disfrutar, transformarnos, podemos expandirnos con el amor, podemos ser más, y sin embargo, cuando queremos decir esta experiencia, las palabras se rompen como cascotes de arena. La poesía, o mejor, el decir poético, que es propio de lo literario, que lo define y lo vuelve a la vez incierto, intenta ir hacia eso que se nos escapa en la lengua, pero que es tan sentido en el cuerpo. El amor, un sentir que nos toma, nos deja desnudos de cualquier arma, desnudos al fin para que los sentidos nazcan de nuevo en nuestra boca, para degustar la palabra como manjar. (Karina Macció)

2016 - 93p.